Francesc Solé Parellada y Xavier Linás-Audet publican en el último número(355, mayo-agosto 2011, pp. 17-29) de la Revista de Educación, una interesante presentación del mismo en la que se intenta desentrañar el por qué de la presencia de la planificación estratégica de nuestras universidades y por qué es necesaria.
Para los autores la explicación radica en la evolución que han experimentado nuestras universidades, que ha llevado progresivamente a una gran complejidad, derivada de un aumento de la demanda que la sociedad les plantea.
Hasta los años sesenta, siguiendo su discurso, la universidad española respondía a un modelo denominado universidad vertical . En ella la figura central era el catedrático, la unidad fundamental las facultades y la figura rectoral tenía fundamentalmente una función represetantiva y defensiva, no gerencial.
Cuando la producción de conocimiento aumenta pasamos a una universidad vertical. En ella los departamentos son la unidad principal para la investigación y las titulaciones impartidas se diversifican dentro de las facultades.
La universidad matricial , que aparece después, por consiguiente, evoluciona hacia la creación de nuevas facultades con nuevas titulaciones (mediados de los ochenta). Sube el número de estudiantes y, por tanto, del profesorado. Surgen servicios especializados orientados a los distintos fines de la universidad ; a ellos se unen los relacionados con la transferencia, la formación continuada y el parque científico. Es así como se pasa de la universidad matricial a la universidad moderna. Ésta supone el ocaso del catedrático como figura principal, que cede su protagonismo al numeroso personal de administración y servicios necesario ya para gestionar una institución que aumenta en usuarios, trabajadores y, por tanto, necesidades.
El modelo de universidad moderna responde a un modelo de «burocracia profesional mixta» que trabaja para una entidad que crea conocimiento y está dirigida por un «gerente». Son frecuentes los conflictos entre los gobernantes profesores y los servicios dependientes de la gerencia. El modelo de universidad moderna hace aparecer un diseño organizativo complejo y documentos que reflejan el estado y situación de la institución, qué se hace y quién lo hace. Dispone de tres de los cuatro elementos propios de la alta gestión : distribución de tareas, o diseño organizativo ; gestión o management y un sistema de información sobre la propia institución. El cuarto elemento es la estrategia.
Siguiendo a los autores , la planificación estratégica se hace imprescindible por una serie de razones. Entre ellas :
«- Por la dificultad de gestionar una organización cada vez más compleja.
– Como instrumento para superar las barreras» que la universidad pone a las soluciones habituales en organizaciones parecidas.
– Para poner en marcha mecanismos de rendición de cuentas.
-» Para entender mejor la organización…»
La universidad moderna está en proceso de cambio por : una mayor presión sobre la calidad de los servicios públicos ; estancamiento de la fnanciación pública; disminución del número de estudiantes ; las TICs y el cambio en la docencia que producen ; competencia ; sociedad del conocimiento ; nuevo mercado de trabajo ; mayor demanda social acerca de la contribución de la universidad al desarrollo y progreso de la región circundante. Hablamos de la universidad tecnópolis, con un gran desarrollo de los grupos de investigación y una mayor profesionalización de sus sectores y es aquí donde aparece la gestión estratégica : «la puesta en marcha de los planes estratégicos ha sido para las universidades el elemento que ha propiciado el descubrimiento de la naturaleza peculiar de su organización y de las diferentes fuerzas jerárquicas y de información que la mueven y de la bondad o improcedencia de los incentivos».
A pesar de toda una serie de inconvenientes alegados contra la planificación estratégica, «las exigencias de la sociedad y el aumento de la complejidad de la organización económica juegan en favor del pensamiento estratégico en su acepción moderna».
Para concluir, la renta media, la demanda, el modelo escogido, la complejidad a que ha llegado la universidad, los incentivos externos, la necesidad de rendir cuentas, la cultura interna, entre otros factores van a determinar la adopción de la planificación estratégica de las universidades españolas
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