QUÉ SON LAS REDES DE APRENDIZAJE. Lo primero que hay que saber es que el proyecto nace como una alternativa a la escolarización obligatoria, por lo que una de las grandes novedades que aportaría a la sociedad civil es la oportunidad para todos de acceder a la enseñanza de forma autónoma, pudiendo al menos tener disponibilidad de maestros y saberes entregados y adquiridos no por obligación, sino por la propia motivación y voluntad de cada uno. Pero este no es el único beneficio que es capaz de ofrecer, aunque solo por eso ya sería interesante. Hay varias personas que dicen que en realidad no aportan nada nuevo porque ya disponemos de acceso a cualquier tema que nos interese mediante cursos, academias, clubs, etc. Es una pequeña verdad dentro de una gran falsedad. Es verdad que hay algunas agrupaciones que ofrecen algo parecido a lo que haría una red de aprendizaje, por ejemplo, los clubs deportivos (por ejemplo de atletismo, de natación, de ajedrez…). Es fácil en ellos encontrar a personas de tu mismo nivel o interés dentro de ese deporte e ir poco a poco aprendiendo. El propio internet es una vía de acceso libre a un montón de información y de saberes, se podría considerar una especie de red de aprendizaje.
LA FUNCIÓN BÁSICA: Al entender cómo trabajaría este proyecto, empezaréis a comprender las diferencias con todo lo que hay hasta ahora. Imaginad la red de aprendizaje de vuestro barrio o pueblo. Tenéis que imaginar a unas cuantas personas con una serie de ordenadores, dispuestas a ayudar a cualquiera que entre.
Lo básico que utilizan son:
1) Listados de personas que desean encontrar gente para enseñar algo.
2) Listados de personas que desean aprender algo.
3) Servicios de búsqueda de compañero.
¿Cuántas personas podría manejar una red? En principio tantas como se quisiera. Pero, para que tuviera una utilidad real, el número debería sobrepasar un mínimo, para que las personas puedan encontrar a otras y ponerse en contacto. Voy a plantear como ideal la cifra de 100.000 personas, basándome en el concepto de “mónada electoral” de don Antonio García Trevijano, que ya sé que no tiene nada que ver con esto, pero sí lo encuentro útil porque al igual que la mónada agrupa al conjunto de fuerzas sociales, también puede agrupar al conjunto de intereses de aprendizaje.
Entonces, solo tienes que pensar en casos particulares. Imagina que te interesa aprender a arreglar enchufes para no tener que pagar los altos costos de los electricistas. Simplemente irías, y los trabajadores te dirían quién está disponible para enseñarlo y cuando y dónde se podría aprender esa labor técnica. O imagina que te interesa aprender un idioma como el swahili, y hay alguien en la localidad que realmente conoce ese lejano idioma. Allí te dirían cómo ponerte en contacto con esta persona y si hay otras personas que quieren conocer el swahili. Igualmente pasaría con quienes quieran aprender guitarra, o cualquier otra cosa, frecuente o rara. Puede haber personas encantadas de enseñar todo tipo de cosas, geometría, física subatómica, historia antigua, filosofía, meditación, carpintería, reparación de coches, anatomía, jiu-jitsu, cocina, poesía, política, problemas medioambientales, hacer obras de arte con objetos reciclados… E igualmente hay mucha gente que desea aprender estas cosas.
GARANTÍAS, REGLAS.
Es posible que al leer lo de arriba te haya parecido que es una locura que cualquier persona pueda apuntarse como alguien capaz de enseñar determinada habilidad o conocimiento sin ni siquiera presentar un título. Pero no te preocupes, la red de aprendizaje tiene un sistema para garantizar que las personas que están en esas listas realmente son válidas. La libre inscripción como enseñante debe ser una de las normas. Digo esto convencido, porque es la única manera de garantizar la libertad de enseñanza a todo el mundo. Suponed que llega un tipo para enseñar guitarra, pero en realidad no sabe ni las notas, y se inscribe. La red le encontrará personas interesadas en aprender guitarra. Una vez esté frente a esas personas y demuestre no tener ni la menor idea, no solo habrá hecho el ridículo, sino que en la red quedará como valorado negativamente. La red tendrá un sistema de valoración de los enseñantes, en base al criterio de los asistentes, algo parecido a las puntuaciones que los alumnos de la universidad ponen a los profesores cuando se les permite hacerlo, que en realidad no sirve de nada, pues en la red de aprendizaje sí servirá y será la manera de que una persona ofrezca una confianza segura, cuando tenga una valoración positiva, será más buscado entonces. Pero la igualdad de oportunidades está intacta.
Una segunda garantía que pienso que sería muy buena y segura es que los enseñantes hagan una demostración de que realmente tienen la capacidad necesaria: ejemplo si se trata de guitarra, simplemente que interpreten una pieza, o que si es para enseñar chino, que conversen unos minutos con un nativo. En caso de informática o electrónica también se pueden hacer diferentes demostraciones.
Piensa algo fundamental y es que también existe libertad de aprendizaje, no solo de enseñanza, así que la gente irá a los mejores enseñantes por propia elección, o a los que cada uno considere mejor, y dejará de ir a los que no le apetezca más, en el momento que quiera. Esto es una diferencia con respecto a la escuela y a la mayoría de academias y cursos privados. El resultado obvio es que solamente las personas con más talento y con mejores cualidades para la enseñanza serán las que triunfen y tengan éxito, algo muy distinto de lo que ocurre en las escuelas e incluso en otros lugares. No en todos por supuesto (las escuelas son un caso especialmente llamativo).
Otro de los beneficios será la increíble vida social y comunitaria que generará esto, así como el mutuo conocimiento de la población unos con otros. Todo esto produciría un clima mucho más positivo en la sociedad. La cultura sería algo más frecuente de ver y más tenido en cuenta que estando recluida en las escuelas y convertida en una mercancía.
Y finalmente el que pienso que es uno de los mayores beneficios para la sociedad, sobretodo los que están en paro o están en mala situación económica: no se necesitaría un contrato de trabajo para realizar esta enseñanza. Esto no es algo negativo, al revés, significa que puedes enseñar libremente, sin esperar a que te contraten en alguna academia, o sin necesidad de hacer oposiciones, y que nadie te dirá cómo tienes que enseñar por lo que tu creatividad será absoluta y todo dependerá de tu ingenio.
PROBLEMAS Y FINANCIACIÓN.
Hay que suponer que un proyecto como este no va a tener ningún tipo de apoyo por parte del Gobierno, y que en caso de no ser cerrado por éste, tendrá que estar financiado de manera autónoma por la sociedad civil que se beneficia de la red. Un gran complemento para este especie de empresa social, sería que dispusiera de espacios que pudiera ofrecer para las actividades de enseñanza, que tuviesen un horario que diera cabida a todas las personas posibles. Los barrios disponen normalmente de pocos espacios o salas que no sean privadas o pertenecientes a alguna institución a la que pedir permiso y que pueda rechazar el acceso. Es necesario que existan espacios auténticamente de la sociedad civil.
En caso de que los habitantes de un barrio, comprendiendo los beneficios, se animaran a financiar cada uno haciendo un pequeño aporte, una serie de espacios alquilados, no solamente para la red de aprendizaje sino para cualquier otra actividad que los habitantes quieran organizar de manera abierta y pública (por ejemplo, debates, o planteamiento de proyectos e ideas) el problema estaría solucionado. Serían espacios privados hasta el momento que pasarían de este modo a estar disponibles para toda la sociedad civil, más públicos que cualquier espacio de un Ayuntamiento (el ayuntamiento pertenece al Estado, no a la sociedad civil, recordad).
Esto lo veo claro para los espacios, sin embargo, me gustaría dejar para un buen debate las múltiples opciones de financiación de los enseñantes. Recordad que la asistencia DEBE SER GRATUITA para los que acuden a aprender. Veo dos alternativas básicas, aunque puede haber más:
1) Puede formarse una red de intercambios entre los enseñantes, tal como propuse en el anterior artículo, que consistiera en 3 tipos:
- Intercambio de enseñanza: una persona que enseña algo, aprende de otra persona dentro de la red otro tema que le interese aprender.
- Disponibilidad de tiempo: a cambio del tiempo dedicado a la enseñanza, puedes recurrir a otra persona de la red para que te ofrezca su tiempo, por ejemplo, cuidar a una persona mayor, pasear a los perros, arreglar un grifo o limpiar un ordenador…
- Objetos materiales: una persona cede a otra algo que le sobra, y que esa otra necesite. Pueden ser libros, prensa, alimentos, juguetes, y muchas más cosas. Posiblemente, sería bueno hacer un almacén donde guardar estos objetos.
2) Puede crearse un fondo con el que financiar a los enseñantes a partir de donaciones voluntarias. Por supuesto la dependencia del proyecto respecto a estas donaciones sería absoluta. Pero, tampoco es mucho el dinero, y sí grandísimo el beneficio, por lo que no pienso que sea una locura. Lo que está claro es que el Gobierno no va a dar ni una peseta por la libertad.
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