(El movimiento cuyo cartel nos sirve de ilustración no
es el autor del escrito, hasta donde sabemos)
Del blog paramisonemigmas entresacamos su última entrada, que nos ha parecido que merecía la pena leer y plantearse, dados los problemas que presenta la escuela en nuestro mundo y la diversidad de enfoques que se pueden dar a esta institución, a veces rechazada de plano en los casos de «home education» (en EEUU hay seria y amplia literatura sobre el tema antiescuela), que ya se están dando en España. Su inclusión en nuestro blog no significa que el mismo asuma los pareceres de quien escribe «NO DEJES TUS DERECHOS EN LA PUERTA DE TU CENTRO ESCOLAR», aunque sí los considera como una reflexión a tener en cuenta y merecedora de discusión. En realidad, el escrito plantea de manera resumida lo que ya se dice en la literatura estadounidense, quizá más agresiva.
Por otra parte, sabemos que en la educación de los maestros se asumen y corrigen muchas de estas críticas. Otra cosa será la escuela real cuando la cuentan así
Transcribimos, pues, dicho artículo, que, aparentemente, recoge un panfleto que se distribuye libremente. Para quien tenga curiosidad, el mismo panfleto aparece como vídeo en Youtube :
“NO DEJES TUS DERECHOS EN LA PUERTA DE TU CENTRO ESCOLAR”
Difundimos este papel porque pensamos que la educación no debe ser una parte obligatoria e impuesta de la vida de una persona, sino una etapa de crecimiento personal que se debe disfrutar y para eso es necesario ser responsable de ella.
1) En la escuela pierdes tu libertad para desplazarte y moverte, un derecho fundamental del ser humano. Un horario y un timbre deciden cuándo y por cuánto tiempo puedes hacer ciertas actividades, estudiar ciertas materias, hablar, jugar, comer y hasta estornudar, según la disciplina del centro. Esta libertad nunca debería perderse. Al privarte de ella no te están favoreciendo, sino haciéndote un flaco favor. No eres un esclavo, y no necesitas que te la quiten por tu bien.
2) En la escuela pierdes el derecho de pensar libremente y de seguir tus propios intereses. Los profesores, que siguen un calendario y un temario oficiales, son inmunes a las críticas y a veces a las preguntas: muy rara vez proponen debates abiertos o participación: esto iría en contra de su trabajo. Pero, tú no tienes por qué favorecer esta función asalariada del profesor. Tienes derecho de preguntar y de pedir explicaciones, de profundizar en los temas que te interesan y dedicarte a ellos todo el tiempo que quieras. Y también a entender lo que estás haciendo y por qué. Piensa que educar seres humanos no es lo mismo que criar animales de granja: la educación humana no tiene por qué tener unos objetivos predefinidos ni ser igual para todos y todas.
3) En la escuela, dejas que te clasifiquen en un grupo solamente por tu edad. Tienes el compromiso de permanecer junto a ese grupo y hacer lo mismo que ellos y ellas. ¿De verdad necesitas esto para convertirte en una mejor persona o para aprender a valerte por ti mismo en la vida futura? No, esto solo favorece tu sentimiento de pertenencia a una clase social. Nadie tiene derecho a clasificarte de esta forma indigna ni a decidir con quién te puedes relacionar o asociar para tu educación.
4) Lo que en la escuela llaman absentismo, en realidad se llama responsabilidad. Si no eres responsable de tu propia educación, ¿cómo podrás ser responsable de otras cosas en el futuro?
5) En la escuela, dejas que otros te evalúen y juzguen en base a repetir como una cacatúa lo que dicen unos libros que tú no has elegido. Te obligan así a ocupar tu tiempo escolar y el tiempo “libre” en unos contenidos predeterminados que al ser impuestos dejan de lado cualquier motivación que tengas, y que no incluyen muchas cosas importantes. La formación escolar tiene graves carencias de cosas realmente importantes para la vida, y lo que se enseña no es lo esencial para valerse por uno mismo o misma. La mayoría del contenido se olvidará porque no será necesario. Además, eso permite que haya el condicionamiento ideológico e incluso a veces religioso que claramente hay en libros de texto.
6) La memorización y el método de exámenes no son un buen método para la enseñanza, de hecho, está considerado como uno de los peores. Solamente inculca el criterio de autoridad (necesitar siempre a otra persona que te diga si lo que piensas es correcto o no), se elimina todo tipo de creatividad (una cosa solo puede ser verdadera o falsa, sin más opciones) y califica a los alumnos en tontos y listos, fracasados o exitosos, como si tuvieran que competir entre ellos por un premio. Así se educa también a los perros. ¿Se da cuenta de cuántas cosas será incapaz de opinar por no haberlo estudiado en una escuela y pasado un examen?
7) En los centros escolares está mal visto la colaboración para lograr un fin determinado, una cosa que ha sido básica en la especie humana desde la prehistoria. Hoy, no hay nada que se logre sin una colaboración: nada se puede conseguir en solitario, o muy pocas cosas. En cambio, en la escuela a la colaboración lo llaman “copiar”. Piensa bien en esto y verás el tremendo error que implica. Si no podéis ayudaros entre vosotros, solo vais a desear competir por el premio gordo.
8) Muchas personas que permanecen en la educación obligatoria, no continúan estudiando porque para ellos la educación ha perdido todo su sentido o porque se les han tachado excesivamente de fracasados. El problema, es que no ven sentido en la cultura, en leer, en la información, todo les parece lo mismo. Creen realmente que son fracasados. Este “fracaso escolar” no es poca inteligencia, sino que la persona está hundida por culpa del sistema educativo competitivo. España es uno de los países con mayor “fracaso escolar” de toda Europa.
9) La educación pública obligatoria pagada por el Estado existe desde hace muy poco tiempo y sigue el mismo modelo en todo el mundo donde exista, con muy pocas variaciones. Esto significa que NO es necesario el compromiso de obediencia leal a un centro educativo o a un “poder público” para que existan personas capaces de ser buenas en cualquier oficio, aprender, ser creativas, saber idiomas, hacer el bien por la sociedad o valerse por si mismas. Todo esto se aprende más con la experiencia del trabajo o de la comunicación, o al tener libertad para experimentar, cosas que la escuela no respeta al volver dependientes y casi esclavas durante ese tiempo a las personas que acuden a ella. Piense en todo esto.
10) Este papel va dirigido a estudiantes, profesores y a padres y madres, sin ningún ánimo de querer imponer ideas. Solamente esperamos que sirva para hacer pensar y para dar inicio a iniciativas pacíficas. Si aplica estas ideas en su vida, no lo haga de forma violenta, sino cordialmente. Con violencia las cosas no cambian a mejor, como se ha comprobado tantas veces en la historia y en la vida misma. Si crees que merece la pena, difunde estas ideas, háblalo con tus conocidos y amigos y ponlo en práctica. Muchos autores han defendido que es necesaria una educación más libre, responsable y democrática que la que se aplica en el sistema hoy en día, como Francisco Ferrer i Guardia.
“Comiéncese la instrucción cuando el mismo niño la pida. (…) A las 9 de la mañana sabe el ministro de Instrucción Pública que todos los niños leen, escriben y calculan. ¿Tienen todos los niños y también los profesores el mismo deseo a la misma hora? ¿Por qué no dejar al profesor la iniciativa de hacer lo que le parezca, ya que ha de conocer a sus alumnos mejor que el señor ministro o cualquier burócrata, y debe tener la libertad necesaria para arreglar la instrucción a su gusto y al de sus alumnos?”
(La Escuela Moderna, Francisco Ferrer i Guardia)
Aclararle que este documento no dice en ningún sitio que no deba haber escuelas ni centros educativos, ni que la labor de un profesor sea despreciable* (al contrario: también los profesores deberían poder enseñar libremente). No estamos atacando a la educación en si misma, sino al modo en que se realiza, un método que tiene pésimos resultados y que empeora cada año el nivel cultural general. Queremos que eso cambie, que se haga más libre para mejorar a todos los niveles. Este proyecto no implica acabar con las escuelas sino ampliar enormemente sus funciones, y proporcionar una educación de verdad en la que el estudiante mismo participe.
*El subrayado es nuestro.
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