Aunque las mujeres en España tienen más años de educación formal que los hombres, siguen teniendo una tasa de desempleo más alta y sufren de ‘techos de cristal’ que les impiden avanzar en su trabajo. Pese a que en los últimos 15 años la tasa de desempleo femenino y la brecha laboral de género se han reducido, los niveles de conciliación laboral siguen siendo bajos y, según expertos, esto tiene mucho que ver con la baja tasa de natalidad española.
En 2015, un 43% de las mujeres en el mercado de trabajo español habían terminado estudios universitarios frente a un 36% de los hombres, según el informe Brecha de género en el mercado de trabajo español, elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que puntualiza que en los últimos 15 años, la tasa media de desempleo femenina (20%) ha sido más de 6 puntos porcentuales superior que la masculina (14%). Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de paro masculina se sitúa en el 18,41%, frente al 21,82% de la femenina.
Respecto a la incorporación de la mujer al mercado de trabajo en comparación con otras economías occidentales, la edad media de las mujeres que trabajan es menor que en otros países de nuestro entorno», reza el informe.
Sin embargo, en los últimos quince años, el ritmo de incorporación de las mujeres al mercado de trabajo en España ha sido superior a la media de la Europa de los 15. Esto trajo aparejado una reducción de la brecha de género en participación en el mercado de trabajo lo cual explica, según Fedea, el actual salto generacional en las tasas de actividad femeninas por edad.
El trabajo doméstico
Las mujeres dedican diariamente 2,5 horas de media más al día a tareas domésticas que los hombres
No obstante, el progreso en conciliación laboral ha sido muy inferior a las tasa de incorporación al mercado de trabajo: España tiene una distribución de tareas domésticas por género sumamente desigual. Las mujeres dedican diariamente 2,5 horas más al día de media a tareas domésticas (incluyendo cuidado infantil) que los hombres.
Casi el 70% de las horas dedicadas a trabajo doméstico no remunerado en España las realizaron mujeres. Sólo Italia la supera en desigualdad de genéro en este sentido entre las economías de mayor tamaño de la UE. Sólo Italia la supera en desigualdad de genéro en este sentido entre las economías de mayor tamaño de la Unión Europea. Además, las mujeres dedican diariamente 1,4 horas menos al trabajo remunerado y 1 hora menos al ocio o al tiempo libre.
Baja natalidad, ¿una consecuencia?
Según el informe, la combinación entre altas tasas de participación en el mercado laboral y la fuerte segmentación en la realización de las tareas del hogar puede tener un efecto significativo sobre las tasas de fertilidad y otras brechas en el mercado de trabajo.
Si las mujeres participasen más del mercado de trabajo y a la vez obtuvieran una mayor conciliación laboral, posiblemente aumentaría el numero de hijos
Antonio Abellán
Demógrafo CSIC
A Antonio Abellán, demógrafo e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) le parece que «si hubiese más actividad económica, si las mujeres participasen más del mercado de trabajo y a la vez obtuvieran una mayor conciliación laboral, posiblemente aumentaría el numero de hijos».
«El problema de la baja natalidad en España no la tiene la incorporación de la mujer, sino el hecho de que no ha habido conciliación y apoyo real a la familia, y cuando éstas se ven en dificultades, esperan para tener hijos, acaban teniéndolo más tarde y ese cambio en el calendario hace que cuando se quiera tener el segundo ya sea demasiado tarde«, explica Abellán a bez.es.
Fedea, por ejemplo, recomienda la introducción de un permiso de paternidad equiparable al de las mujeres, un punto en el que Abellán coincide: «Debería fomentarse, el permiso de paternidad es razonable, esa estrategia de más permisos implica también a los hombres en las tareas domésticas; con hombres más implicados en las tareas domésticas, también podría aumentar la natalidad».
Infrarrepresentadas
Existe una importante infrarrepresentación de mujeres en las instituciones públicas españolas, especialmente en las etapas más altas del servicio diplomático, el poder judicial y el gobierno regional y local.
En general, la proporción de mujeres en instituciones públicas tiende a bajar a medida que sube el nivel de autoridad. Este fenómeno es común a la mayoría de los grandes países europeos, encontrándose España aproximadamente en la media de los mismos.
En el sector privado, encontramos que las mujeres ocupan sólo el 10% de las posiciones de mayor liderazgo de las empresas más grandes de España, así como alrededor del 17% de los asientos de sus consejos de administración; cifras inferiores a la media de los 8 países analizados con detalle (Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Alemania, Suecia, Bélgica, Holanda).
Algunas de las explicaciones más habituales para la existencia de techos de cristal en España son la mala conciliación trabajo-familia, el fuerte desajuste entre cualificación educativa y puestos de trabajo entre las mujeres (sobrecualificación) y la existencia de ‘efectos red’ y estereotipos de género, explica el estudio de Fedea.
Estancamiento
También existe un estancamiento en el porcentaje de mujeres que ocupan la categoría de manager (por debajo del 30% en las últimas décadas). En este sentido, y basándose en el «éxito del caso italiano», Fedea recomienda el «establecimiento gradual de cuotas de género de carácter temporal en consejos de administración, con un sistema transparente de plazos de implementación y sanciones por incumplimiento».
Además de recomendar la aplicación del permiso de paternidad con la misma extensión que el de maternidad, Fedea considera que se debe extender el alcance de los servicios públicos de cuidado y educación infantil entre los niños de 0 a 3 años. Por otro lado, se resaltan los beneficios de adoptar una política de flexibilización de las condiciones laborales en términos de jornada y lugar de trabajo.
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